¡Suspira rápido que van a demoler el jardín!
Comenzamos desde el silencio. Despacio, uniendo círculos que se juntan con los cuerpos de este diálogo entre una planta y tres mujeres. Estar con la guadua empieza por preguntarse: ¿Qué dice? ¿Cómo lo dice? Y solo sale silencio de esa vara. Empieza a hablar despacito, toca sentarse a oírla con paciencia y suavidad. Sacamos herramientas que nos hacen fraccionar el tiempo porque la planta nos mostró que era una forma de hablar. Nos sentamos juntas con ella sin buscar ninguna forma. La forma deviene del equilibrio que vendrá después. Más lento, más atentas, con cuidado que te cortas. Para, sin prisa. Haz nudos. Nudos fuertes.
Curaduría: Carolina Cerón